Pasarela de Adoquines
Periódico Lavapiés Octubre 2015.
Volar
e imaginar.
Rubén
Alexandre.
Fotografía de Brian Genio. |
eptiembre
se ha ido volando y con él nos queda la vuelta al cole (para algunos
traumática y para otros ansiada) y la visión futurista de las
grandes pasarelas internacionales de la moda.
Nueva
York, Madrid, Londres, Milan, París... parafraseando a Hemingway,
esta última ha vuelto a ser una fiesta.
Las
fronteras desaparecieron dejándonos a todos, en cualquier lugar del
mundo, poder seguir todos los próximos modelos de los diseñadores
más importantes del mundo a través de la plataforma de Mercedes
Benz Fashion Week. Uniendo a todos los fashionistas, seguidores y
curiosos de lo que se va a avecinar esta Primavera-Verano del año
que en unos meses entrará.
Un
viaje que no sólo creaba la unión conjunta de distintas ciudades
por un mismo fin si no que, también, sin darnos cuenta nos
teletransportaba al futuro de la próxima temporada (sin aún haber
acabado esta) para ya ir fantaseando qué te pondrás para esas
escapadas a las playas recónditas de Eivissa, Gandía y As Rías
Baixas que te encanta visitar, ese vestido que piensas ponerte en la
boda de tu mejor amiga que se casa el año que viene (y la corbata a
juego que piensas ponerle a tu acompañante) o el estilo que cogerás
para ese retiro que necesitas en el pueblo para huir del calor
asfixiante de nuestra querida ciudad.
Este
hecho me hizo pensar en la posibilidad de que el mundo fuera así.
Imaginaros que a través de una plataforma “in streaming” nos
dieran imágenes en directo de todo lo que pasa de relevancia en el
mundo; sin que te lo cuenten, viendo y haciendo tu propia
interpretación de lo que estas viendo. Y si añadiésemos la
posibilidad de llegar un poco más allá y que, libremente,
pudiéramos elegir (sin aduanas, sellos de visados y permisos
burocráticos absurdos) donde estar en cada momento. ¿No sería
increíble?
No
solo en el tema de las fashion weeks, si no en general. Que cuando
llegaras a un control en cualquier aeropuerto la respuesta “vengo a
ver si aquí encuentro mi sitio” fuera totalmente aceptada y se
pusiera de moda. Que los médicos y sanitarios pudieran plantarse ir
a África por el simple deseo de ayudar, que una chica que quiere
aprender un idioma y cumplir sus sueños se pueda sentir libre de
intentar llevarlos a cabo, que alguien a quién la guerra le dejó
sin nada pueda buscarse otro sitio donde comenzar de cero sin
prejuicios.
Un
mundo idílico y utópico que no será posible por la idea general de
que esto conllevaría a una auténtica entropia; sin darse cuenta de
que a través de nuestros deseos y sueños nos organizaríamos de
forma natural. Sería un mundo más feliz porque todos estaríamos
perteneciendo a un conjunto organizado de dicha y estaríamos dónde
queremos estar, siendo el orden natural de las cosas.
Este
sistema lo he pensado, mientras descansaba de tanta pasarela y
futurismo inmediato, paseando por el Hostal de Los Reyes Católicos
de Santiago de Compostela. Su estructura central está organizada a
través de unos patios correlacionados y unidos de uno a otro por
unos arcos (que pese a ser románicos son de bastante altura) y que
permite el paso de uno a otro sin ningún otro impedimento más que
el aire que respiramos. Así, de repente, acabé el recorrido de los
patios en el dedicado a mi evangelista favorito, San Lucas. Aquel que
escribió eso de: “No juzguéis si no queréis juzgados”.
Y
mirando al opulento arco por el que me conectaba al patio de San
Marcos automáticamente pensé en una idea que me encantaría
compartir en este artículo con todos ustedes:
¿Porque
no abrimos arcos similares en nuestros muros de intolerancia y miedo
para dejar paso libre a que una persona que huye de un fatal sino
entre en Europa para encontrar cobijo, una persona que quiera
vestirse vaya a Nueva York o que una persona que quiere soñar,
vuele?
No
cerremos puertas a los demás si luego vamos a querer que nos abran
una ventana.
Periódico Lavapiés Septiembre 2015
¿Somos
eternos?
Rubén
Alexandre
y
Silvia Calvete.
El
otro día me encontré con la persona más sonriente que he conocido en el mundo. Siento que esa mujer siempre estuvo en esta vida para
enseñarme a dibujar mi mejor sonrisa en cualquier momento, fueran
cuales fueran las circunstancias de la vida. Años de desempleo y los
dos senos perdidos por un fatal sino no merecido por nadie pero que,
a diario, está presente en nuestras vidas y nos infunde un miedo
horrible. Porque quién no ha conocido a alguien que la haya sufrido,
que la haya vencido pero, también , a alguien a quién el pulso del
cáncer le haya vencido...
La
verdad es que viendo el rosa que está girando la esquina en el
calendario hoy no dejo de teclear emocionándome a cada idea que me
pasa por la cabeza. Además, no dejo de pensar en las miles de
mujeres que tienen que luchar con lo establecido para salir adelante
y seguir siendo ellas mismas, aunque su reflejo les de la sensación
de pensar que no lo son.
Mujeres
que con un par de ovarios (discúlpenme la expresión) salen cada día
a seguir sus vidas porque quieren vivir. Mujeres que crecieron con la
idea de que la feminidad se valora en proporción al tamaño de sus
opulentos pechos y del largo de su melena. Marcas de un canon que
pierden tras una horrible enfermedad y que luego, obviamente, su
conflicto interno debe de ser devastador para su psique. Algo nada
fácil de lidiar cada vez que se miran a un espejo.
Intentando
ser empático; yo me imagino sin mi pelo, mis cejas (mi seña de
identidad por antonomasia), pálido, con la piel reseca y cuarteada a
causa de la quimio... Y me digo: “¿Es esto entonces lo que
importa? ¿A qué narices le estoy dando importancia en mi día a día
estando sano?”. Una enseñanza que me aportan ellas (las 26.000
mujeres que en el año se diagnostica Cáncer de mama en España),
las verdaderas heroínas que son capaces de darme una enseñanza tan
importante.
Mujeres
que, gracias al carácter que tienen implícito en su género, saben
luchar y sacan fuerzas para afrontar estas absurdas adversidades que
la vanidad impuesta por una sociedad machista les acompleja; para
continuar poniéndoles cada día la mejor de sus sonrisas a su
parejas, a sus hijos, a sus seres queridos y al mundo. Personas que
se superan porque comprenden que la vida es efímera, que no estamos
aquí por tiempo ilimitado y que hay que seguir adelante pase lo que
pase. Llegando a comprender que somos una pequeña parte de un ciclo.
Solemos
vivir de espaldas a la muerte, como si nos creyésemos eternos o que
eso de morir joven o enfermo solo le pasa a las personas con menos
suerte. Y no; solo sabemos que estamos aquí y ahora, el mañana es
muy incierto.
También
aquí me acuerdo de Manola, una mujer que fue como una abuela cuando
era pequeño y que actualmente, no borra su sonrisa aunque esté
enfermita. Y también me acuerdo de mi tía, que le acabó cogiendo
gusto su look garçon después de sobrevivir a un cáncer de
mama.
Si
alguien es capaz de hacer que nuestra vida sea rosa son ellas. Las
mujeres que luchan por salir adelante y que no dejan que nada las
pare, que no dejan que un cáncer las amargue y que todos los días
tengan fuerzas para sonreír y decirnos que nos quieren, porque
alguno de ellos puede ser el último. Son supervivientes y mis
grandes ejemplos a seguir. Mujeres que cada año, pese al miedo que
puede dar que les encuentren algo, se hacen una mamografía. Esas
mujeres que cuando les comunican un resultado maligno, superan el
shock en tiempo récord porque saben que quieren vivir.
Mujeres, que ninguna se lo merece, pero que el destino les da esta
zancadilla. Pero que ellas siempre encuentran un apoyo para
levantarse, aunque se trate de una suelo de arenas movedizas.
Mujeres
que aprenden el verdadero significado de la vida, de una manera
injusta, pero que gracias a ellas lo conocemos y les imponemos el
rosa como bandera porque ellas lo valen. Lo que nos enseñan es que:
Nacemos y morimos sin nada, todo lo que te llevas de esta vida es el
corazón lleno de vivencias y de satisfacción si has dado lo mejor
de ti en cada momento y se dan cuenta de que lo bonito en esta vida
es la vida misma, disfrutar de un café, de un libro, saltar en un
charco como cuando eras pequeño o echar una carrera detrás del
autobús y, paradójicamente, la vida empieza a tener más sentido
cuando nos enfrentamos a perderla. Comenzando a pensar menos y sentir
más, amar más fuerte y decir “te quiero” más a menudo.
Todo
lo demás podrá esperar; tu vida nunca, tu vida jamás. (…).
Este
mes cogeré mi botella de agua y lazo rosa, compraré mi Vogue que
destinará una cantidad de dinero para la lucha de esta enfermedad,
iré a animar en la “Carrera de la Mujer” (este 20 de Septiembre
en A Coruña) como hago cada año y, sobretodo, seguiré haciendo mi
vida lo más cotidianamente, como hacen ellas. Pero, siendo
consciente de que ese rosa me ha enseñado a vivir cada momento con
más intensidad y de darme cuenta de que hay mucha gente que sufre de
muchas maneras y que, ninguno tenemos la exclusividad del
sufrimiento. Que dibujar una sonrisa no cuesta tanto y que si ellas
son capaces de hacerlo, me tengo que obligar a hacerlo por ellas.
Dedicado
a todas las mujeres y en especial a vosotras, luchadoras y guerreras,
que nos dais más sentido a este mundo y que con vuestro coraje nos
servís de Musas para que nuestro día a día tenga más sentido.
Mujeres Rosas. Mucho ánimo de parte de todo el equipo del periódico.
Periódico Lavapiés Agosto 2015.
Un
año desfilando.
Rubén
Alexandre.
Érase
una vez un barrio en cuyo corazón se levantaba un edificio lleno de
colores y un reloj de sol que marcaba, sin atención de sus vecinos,
las horas reales de un Sol al que sus minutos quedaban perdidos.
Perdidos igual que todos sus habitantes; ricos en cultura, en
diversidad y belleza, pero anodinos, por una fama que no tiene nada
que ver con la realidad.
Ahí,
en el edificio de la Vela un joven comenzó a fijarse en los pasos de
cada uno de esos héroes, sus vecinos que tanto admira. Aquellos que
cada mañana veía ayudar a abrir el alma de un mercado con topónimo
santoral, aquellos extranjeros que a las siete de la mañana ya se
están buscando el pan de cada día aunque un reino donde priman las
injustas reglas de las fronteras, se lo pusiera difícil. Aquella
mujer que, pese a su depresión, siempre nos pone su radio a todo
volumen y vemos como se embriaga del ritmo de su tocadiscos en la
terraza de su piso. Sin olvidar a ese hostelero, quiosquero y
estanquera; que hacen que su café con leche, su cigarro y su vogue
fueran uno en esa terraza tan guay. Siempre
intentando huir de esos acomplejados malos que quieren reinar en los
mundos sin sombra. Complejos como los de la Madrastra
más cruel que es capaz de querer matar a la más bella de las Nieves
y de esos monstruos que dibujan la parte negra de un País tan mágico
como el de Nunca Jamás. Llegando
a la conclusión que los complejos, son la parte más oscura que
tiene una sociedad; queriendo enseñar al mundo que había una parte
de ella, libre de aquellas sombras.
Y
un buen día pensó: “Esto tiene que ser contado”. Naciendo así
una columna que describía perfectamente el estilo de un barrio, sus
principios, sus curiosidades y la maravillosa gente que le da vida.
Es un reino donde no existen villanos ni héroes, solo personas con
sus propias vidas y con más, o menos, dificultades; pero
asumiéndolas siempre con una sonrisa. Siendo todos y cada uno de
ellos unos auténticos reyes.
Esta
historia empezó a escribirse hace ya un año. Por sus ediciones han
pasado todo tipo de reflexiones, pensamientos, estudios y epifanías.
Personas (María, Pili, Nines, Brian, Mauricio, MariJo, Laude,
David...), sitios (la Plaza, el Mercado, la Calle Olivares...),
penas, alegrías, anécdotas y locuras... Todo lo ha contado este
joven fijándose desde su ventana en nuestro barrio. En ti, en tu
vecino, en la amiga que te vino a visitar aquel día y fuisteis al
Cafelito. Seguro que ha escrito sobre ti sin darte cuenta. Le has
hecho reflexionar, le has hecho pensar, le has emocionado o le has
impresionado.
Un
año lleno de replanteamientos y aprendizajes en los que, sobretodo,
hemos aprendido la
importancia que tiene la personalidad
para poder sobrellevar las dificultades de nuestras vidas.
Un año de
defensas al carácter, a ser uno mismo, a no dejarse llevar por lo
que dicte nuestra sociedad, a no limitarse por los prejuicios que nos
llegan de los demás y a utilizar la felicidad como nuestro mejor
complemento.
Feliz
Cumpleaños a “Pasarela de Adoquines” y mil gracias a vosotros,
por ser los modelos de este genial desfile que, un buen día, alguien
a quien se le sigue conservando cariño, la bautizó.
Hace un año
que ha comenzado este cuento que esperemos siga escribiéndose... Por
Siempre Jamás.
Este
cumpleaños es para todos los “lavapieseros”, los mejores vecinos
del mundo: multiculturales, tolerantes, alegres, vivaces,
característicos y los que me dieron esta idea para darme ganas cada
mes de transmitir unas ideas y unos principios que (estoy convencido)
todos compartimos.
Periódico Lavapiés Julio 2015.
Diario de una Enferma.
Rubén Alexandre.
“Tengo ganas de ir a la playa y ponerme ese biquini coral que tengo en el armario desde hace semanas”, “tengo ganas de salir a la calle”, “tengo ganas de ponerme ese vestido y que me quede como a la chica del catálogo”, “tengo ganas de ir a comer a ese nuevo restaurante italiano de la Calle Embajadores”, “tengo ganas de que la gente no me mire al pasar con asco, si no con admiración”, “tengo ganas de que las gordas nos pongamos de moda”...
No
puedo dejar de lado estos pensamientos (y otros más) que no dejan de
llegar a mi cabeza. Siento que es tan difícil ser diferente. A veces
me pregunto si la gente sabe los esfuerzos que hago para aguantar y
seguir adelante.
Las
palabras duelen, pero como dice la popular frase “... se las lleva
el viento”. Pero mis animadores no se dan cuenta de que hay cosas
que el viento, por fuerte que sea, no se puede llevar. No se puede
llevar esa cara de asombro de muchos niños, no se puede llevar esa
cara de asco con la que mucha gente te mira (y mucho menos esas caras
de pena de alguna gente que sabe por lo que estas pasando), no se
puede llevar esas estrías que te recuerdan cada día que has tenido
un problema y que has pasado a tener otro más grave, ni los nervios,
ni la ansiedad, ni el malestar general que tiene mi situación.
Cuando
pesaba setenta y tres quilos las miradas eran odiosas, pero no tanto
como las que me encuentro ahora pesando cuarenta y uno y medio. De
hecho, hablando en principios matemáticos, puede decirse que el odio
de las miradas que me encuentro siguen un parábola en forma de
campana perfecta. Les repudiaba estando gorda y les repudio igual
estando delgada. Eso no me pasaba cuando estaba entre los sesenta
kilos, de hecho juraría que la gente (sobretodo los chicos) se
pasaban de agradables.
Un
número menguante siempre ha sido el sino de mi vida, si antes rezaba
para que la aguja de la bascula tirara más hacía la izquierda cada
día, hoy no sé lo que deseo. NO quiero volver a aquella etapa en la
que la comida era toda mi vida y que tenia que ser “la amiga
graciosa” de la pandilla; pero si no subo de peso me estarán toda
la semana intentando dar de comer como si fuera un bebé, pese a mis
veintiséis años. Realmente, es muy bochornoso y lo paso mal.
Además
que no entiendo por qué de repente tanta preocupación. Cuando
estaba gorda nadie se detenía en hacerme ni el menor caso,
aprendiendo a ser independiente y a confiar sólo en mí misma. De
hecho, parte de mi depresión nerviosa viene por sentirme sin nadie a
mi lado durante tanto tiempo. Y ahora, que simplemente no tengo ganas
de comer porque, siendo francos, ¡no me lo pide el cuerpo!, la gente
se preocupa. Sí, es cierto (y reconozco) que estoy delgada pero, es
que realmente no necesito comer tanto. dicen los médicos que la
comida es energía para mi cuerpo, yo les contesto:
-“¿Realmente
necesito tanta energía, como ustedes dicen, para lo que suelo hacer
en mi rutina diaria?”.
¿Para
qué? ¿Para quedarme tirada en el sofá todo el día? ¿Para
quedarme leyendo en la cama? Porque ya hace dos años que acabé de
estudiar, no he encontrado trabajo por mi falta de experiencia y,
encima (como ya te he dicho querido Diario mío), nunca he tenido
amistades de verdad. De hecho, los que consigo metida aquí dentro,
se acaban yendo. El otro día Alex se fue al cielo, la verdad es que
estaba más esquelético que yo, pero le comprendo. Es que si no
quieres comer, no comes. Y la verdad es que no me gustaría acabar
así, pero es que con todo esto a mi alrededor se me quitan las ganas
de todo y acabo por no hacer nada, estando siempre tirada en la cama
y mirando al techo, dejando que el tiempo pase a ver si los médicos
cambian de opinión sobre mi caso, si no es así acabaré como el
pobre Álex... Que alguien me explique por qué necesito energía
para hacer nada.
Además,
pensar en lo que me depara fuera, me pone más de los nervios. Mis
padres atosigando con los potajes, caldos y churrascos. Los pocos
amigos que tengo, atentos si como algo o no en su compañía (¿no
pueden disfrutar de la mía y ya está?) y las miradas...; esas
miradas de odio de la gente, que me humillan y me ajustician como mal
ejemplo y enferma. Esas miradas que me hacen replantearme que qué
hago aquí si soy tan diferente al resto. Apestada, anodina y
afligida. Siempre con la penitencia de nunca sentirme bien conmigo
misma porque, esté gorda o flaca, nadie nunca está contento...
Entonces, ¿quién está más enfermo? ¿yo o el mundo que me rodea?
Esta
semana Pasarela de Adoquines ha cambiado su estilo para llamar a la
empatía de la gente para que tengan en consideración todos los
aspectos que en nuestra sociedad (diversa y muy grande) pueden caber.
Obviamente defendemos a nuestros amigos con quilitos de más (ya lo
hemos hecho en más de un número, como el del mes pasado) pero este
mes, queremos que piensen y se pongan en el lugar de esas personas
que no tienen la culpa de estar enfermos y “dar grima” o
“dentera”. Ellos también necesitan comprensión y apoyo y no se
lo debemos de negar porque, aunque pesen poco o no coman bien, son
personas también. Ayudemos a todos por igual a ser un poco más
felices.
Periódico Lavapiés Junio 2015
Complejos al Sol.
Rubén Alexandre.
a
estamos en Junio y a la vuelta de la esquina está nuestro querido
solsticio de verano, la Fiesta de San Juan (que ya está considerada
a nivel internacional) y las fiestas de todos nuestros pueblos y
localidades españolas. Comienza la temporada estival, los
festivales, las escapadas a la playa y, a lo mejor no sabemos aún
por qué conjuntito de baño optar.
Pues
bien, en nuestra Pasarela no queremos dejar pasar la oportunidad de
ir fielmente a la moda este verano ya que, fuera de los fosforitos
que nos tenían acostumbrados los años anteriores, este año va más
acorde a la personalidad propia y a dejarnos enseñar tantos y
cuantos complejos queramos enseñar.
El
negro, será nuestro mejor amigo esta temporada. Todas las editorales
de Moda coinciden en lo mismo, el negro como el mejor acompañante de
nuestro bronceado y, los mejores complementos holgados para tapar
nuestras vergüenzas. Imaginaros: No nos ha dado tiempo a que la
operación biquini (...o triquini, o bañador...) diera el efecto
deseado, ¡tranquilos! Los cartanes (chaquetas flojas de toda la vida
con distintos motivos) han vuelto a estar de moda. Por mucho que nos
sintamos intimidados por esos hombres-gym y mujeres
sifilíticas perennes, este año da igual. Podremos esconder todos
nuestros malos tributos con esta evolución minimalista del quimono
(que tapa más que el popular pareo), lo hombres llevarán pareo y,
encima, no tendrán que presumir de falos con falsos rellenos, las
bermudas cortas han vuelto y han desbancado a los slips y los
farda-h*****, tan populares hasta ahora. Si por el contrario, queréis
apostar por algún color, los tonos pastel serán vuestra mejor
opción.
Pero
tranquilos a todos aquellos que odian pasar desapercibidos en
nuestras playas y piscinas. Los estampados siguen siendo aceptados
por esta temporada siendo más originales que en temporadas
anteriores. Si os gustan los estampados tropicales los tenéis
disponibles en todas las firmas Low-Cost. Siendo los flamingos
y cuadros multicolores la apuesta segura de H&M y la de ZARA por
estampados de flores, rayas y topos (los lunares de toda la vida).
Se
aprecian aires diversos de sutiles colores, estampados originales y
que la gente sea más libre. Tan libre como en las actuales
tendencias de la temporada. El espíritu de la década de los años
setenta se deja seducir también por las olas marinas. Dando libertad
de imagen a todos en esta época estival que, en principio, marca una
libertad que echábamos de menos. También, la moda impone que los
complejos no nos hagan pasar malas jugadas. Quedan fuera de escenas
los corrillos de marujas (y marujones) que no dejan de criticar el
tatuaje de la chica joven, la barriga del marido cervecero y los
pechos caídos de la señora mayor que está tomando el sol en
top-less. Que cada uno haga y sea como quiera, ya que la libertad
viene para quedarse.
El
relax está garantizado, con
nuestros defectos, pero poniéndolos cómodamente al sol. Cobrando el
estilo propio y el carácter, la importancia que durante tanto tiempo
(me estoy remontando a los años 50, 60 y 70) tuvieron y que
actualmente, se pide a gritos que vuelvan a cobrar esa importancia y
que dejen de ser anodinos. Por cierto, si además eres de los
nostálgicos de los 90, los bañadores enteros son defendidos por
todas las revistas este mes de Junio quedando al margen la
preocupación por las marcas solares en nuestra piel. Creo que este
año el negro tapará nuestros criticados michelines, los dejará con
tono blanquecino y, sobretodo, la posibilidad de que todos podamos
disfrutar de la mejor época del año.
Este
verano se llevará el ser uno mismo, con complejos (lógicamente
todos los tenemos), pero sin ser víctima de comentarios, miradas por
encima del hombro, ni acabando recogiendo las cosas de la playa a los
cinco minutos porque nos sentimos incómodos con nuestro cuerpo.
¡A
tomar el Sol vecinos!
Periódico Lavapiés Mayo 2015
¿Cambiamos?
#PASARELADEADOQUINES Rubén
Alexandre.
rovengo
de la Ciudad de Cristal. Llamada así por el apogeo de los
buenos años del siglo XIX, donde empezó a ponerse de moda la
construcción de los edificios cuyas fachadas se edificaban con el
cristal más brillante. Así, las barbas de todos los vecinos
quedaban a remojar ante una galería transparente y donde la atenta
mirada critica de los vecinos se hace evidente. De hecho, en toda
Galicia somos conocidos por los pijos y/o estirados, y nuestro
“postureo” nos hace famosos; y creo que lo tenemos muy arraigado
en nuestra forma de vida, ya que lo teníamos que mantener hasta en
el salón de casa. Creedme cuando os digo que reconozco el “quedar
bien” a vista de águila.
No
era de extrañar que, con una forma de pensar “fuera de lo común”,
cambiara en seguida el cristal por el adoquín de esta pasarela.
Piedras que siento más mías que el gélido cristal por el que me he
pasado la vida mirando sin cesar, buscando la diferencia entre la
gente; quizás para no sentirme tan raro.
El
caso es que, hablando del miedo durante todo este mes de Abril en las
reuniones y actividades de este periódico, no he dejado de
sorprenderme por el auténtico miedo que tiene la gente ante un
cambio. Pero hasta en lo más absurdo.
Estaba
hablando con una amiga hace poco. Tenía unas ganas tremendas de
comprarse el típico turbante que tantas veces he visto por nuestra
pasarela (quizás si ella tuviera la suerte de tener de escaparate la
pasarela que compartimos en el barrio, no diría eso) pero según
ella: “Encontré uno por 14 euros en el Bershka, pero pensé que
para qué me lo iba a comprar si, total, me lo iba a acabar poniendo
una vez y nunca más, por miedo a lo que la gente pensara”. Que esa
afirmación saliera de la boca de la persona que más fuerte creo
conocer en esta vida, me impactó.
Lo
más extraño es otra amiga, en la que también me reflejo, cuando
salí de compras con ella. ¡Teníais que haberla visto! En medio del
Zara de Preciados, en la zona de probadores con una camiseta básica,
una chupa de cuero y una falda larga roja de crepe. Respetando
su estilo casual, estaba perfecta. Aún hoy, esa falda sigue en el
armario de mi amiga porque no se ve con ella...
Aunque
los cambios sean mínimos (y de quita-y-pon) nos dan miedo. Nos
anclamos en estilos y formas que son siempre cambiantes, pero
mantenemos la misma línea. Solo por el qué dirán. Una opción que
es la moda más permanente y dura de quitar de la cabeza de la gente.
Pero
nuestro subconsciente nos pide cambio, nos pide gritar en contra de
la norma establecida. De ahí todas esas prendas y complementos que
quedan dentro de un armario con la etiqueta puesta. Si en un primer
momento nos ha parecido una buena opción, ¿por qué lo dejamos ahí
cogiendo polvo y naftalina? Y, poniendo un poco de humor al artículo,
¿por qué no pasa lo mismo con las camisas de cuadros y los flecos?
¡Ah claro, es que se lo está poniendo todo el mundo!
A
veces pienso que en la naturaleza humana lo que nos mueve (o más
bien nos paraliza y no nos deja avanzar) es el miedo. El miedo no nos
deja cambiar de un trabajo que ya no nos motiva, no nos deja elegir
nuestro mejor destino y no nos deja decidir lo que realmente
queremos. Es más fácil seguir el camino marcado, con sus pautas
claras y con las reglas del juego … ¿iguales para todos? No, esto
último está claro que no. Pero lo aceptamos. Porque cambiar todo
conllevaría esfuerzo y, sobre todo, un cambio que no sabríamos si
nos va a venir mejor. Y ante la duda mejor lo malo conocido,
¿no?
El
miedo sirve en los ecosistemas más simples para la supervivencia.
Una gacela no se paraliza ante el miedo de un ataque de un león,
corre como el viento intentando escapar de un destino que no quiere
dar por sentado. La cautela es el mejor contrapunto del miedo, pero
no debe pararnos. Y también debemos recordar siempre que MIEDO
son solo cinco letras y que una vida es un cambio permanente.
Periódico Lavapiés Abril 2015
En
sus Zapatos...
Rubén
Alexandre.
Bloguero
de Moda.
![]() |
Colaboración con Brian Genio. |
iempre
que paseo por los adoquines del barrio, me planteo cosas que ni
siquiera me hubiera imaginado pensar en otros sitios ni situaciones.
La empatía, desde que escribo esta columna, me llama y me cuenta una
historia distinta en cada adoquín que veo y piso. ¿Será por el
encanto que reside en Lavapiés?
Pienso en
los pies de Doña Carmen cuando baja en zapatillas "un segundo"
a por el pan para dar de comer a dos hijos, a una de sus nuera y tres
de sus nietos. Entre la rapidez que reside en el momento y las
piedras de volúmenes irregulares y grietas separadas desigualmente,
casi como cráteres, y las dificultades de su vida, me pregunto si
alguien no podría ponerle una alfombra roja a esa mujer tan
maravillosa que no cesa en su intento de sacar a su familia adelante.
También
pienso en ponerme dentro de los zapatos de Isabel, una joven especial
e ilusionada con la ciudad, que sólo pretende buscar su sitio en el
mundo. Una sonrisa permanente y sus Stilettos favoritos,
son su carta de presentación para acudir a entrevistas y darse a
conocer en una ciudad que no le ofrece muchas oportunidades por "ser
nadie". Siempre me acabo preguntando de donde saca la energía
para, en un mismo día a veces, hacer tres entrevistas, corriendo por
todo Madrid y teniendo como "base" nuestro barrio
adoquinado y no matarse de un tropezón. Claramente Isabel es mi
ídolo.
¿Y qué
decir de Ignacio? ese hombre siempre ataviado con su traje, sea
invierno o verano, bajando y subiendo toda la calle de Embajadores
hasta su casa en La Latina porque la Línea Tres le deja directo en
el trabajo; haya menos dos grados como cuarenta de temperatura. Sube
y baja la calle de Lunes a Viernes con esos zapatos oxford de
ante negro viejo, que deben de arder por dentro entre las caminatas
que se pega y las horas que pasa con ellos. Sea la estación que sea,
siempre sale de casa a las 9:00 y lo vuelvo a ver subir sobre las
21:10 normalmente.
Personas que
me encuentro todos los días, pero también los adoquines me hacen
ser empático entre toda esa gente que no tiene que sufrirlos. Siendo
capaz de ponerme también dentro de las sneakers que
lleva esa señora de mediana edad, con el bolso y la bolsa de
los tuppers vacíos y que se queda dormida en el
metro de lo dura que ha sido su jornada. O en aquella mujer u hombre
sofisticados, que nos encontramos todos los días en el metro, con
prisas y ganas de que se pare el metro en su parada, visualizando más
una apertura de puertas (que les parece que nunca llega) y dejando en
anodina existencia la de un hombre que pide ayuda para comer,
pudiendo sacar de sus lujosos bags un cheque
restaurante para que ese hombre tenga un menú decente para llevarse
a la boca ese día. Sin olvidar, en ponerme dentro de
esos Monk acharolados, que tan de moda están,
de ese joven moderno que deja de lado lo que la gente a su alrededor
piense de él, para concentrarse en los nervios que tiene por la cita
que va a tener en la parada de Chueca con el chico de sus sueños,
pensando en si le llegara los pequeños gananciales de su enana
nómina para invitarle o va a tener que dejarse invitar por segunda
vez.
Dándole
vueltas a mi café en el escritorio del Cafelito,
estrenando mis nuevas slippers de antelina; me
cuestiono si realmente seré capaz de continuar esta moda que doy a
conocer en este artículo, si seré capaz de ver a la gente más allá
de los prejuicios que el mundo me impone tener sobre ellos con
superficialidad, si seré capaz de valorar las virtudes de la gente
dejando de lado mi ojo crítico acusador para no centrarme en sus
defectos... cuando dejen de apretarme y mi comodidad se vuelva a
apoderar de mis pies.
Cuando
estrenamos unos zapatos, de primeras, nos están justos e incluso
incomodan pero, cuando su producto empieza a ceder se adapta a
nuestros pies y acaban siendo confortables. Quedando, en nuestra
comodidad, nuestra ignorancia de las dificultades de los demás. Es
una lástima que la empatía y los zapatos no puedan estar más
cogidos de la mano en nuestra sociedad.¡Cómo de particular sería
nuestra Pasarela de Adoquines si pusiéramos de moda ponernos en los
zapatos de los demás!
Periódico de Lavapiés Marzo 2015

Colaboración Especial con Silvina Magari y Brian Genio.
Las Mujeres...
Rubén Alexandre.
Bloguero de Moda
a
actualidad está llena de noticias encabezadas por hombres que no me
gusta ni su estilo ni su moda. Así que no escribiré sobre ellos en
este mes.
De
lo que sí que escribiré es de una tendencia que siempre está
presente todos los meses de Marzo. Una tendencia que no debe de
desaparecer por mucho que creamos que ya esta todo ganado. Me refiero
al día de la Mujer Trabajadora.
El 8 de
Marzo es una fecha muy señalada para mí en el calendario. Recogido
en el almanaque como el día de una lucha merecedora de todos los
buenos atributos que existen. Es cuando nació la primera muñeca
que,a parte de ponerse vestidos de princesa, lucía un sinfín de
uniformados atuendos para el trabajo, Barbie y mi madre.
Ella siempre
me ha inculcado la importancia de esta lucha de un género, anodina
dentro de la sociedad, hasta que las guerras del siglo XX. hicieron
necesario que almas fuertes siguieran llevando las actividades de los
países mientras que los hombres cambiaban sus utensilios laborales
por fusiles y cañones en los frentes de Europa. Siendo la
oportunidad de miles de mujeres de dar a conocer su gran talento y
ganas de aportar algo más en esta sociedad, expandiendo el abanico
de posibilidades en sus destinos.
Si una mujer
tenía que ser una sumisa esposa y buena ama de casa en el siglo
anterior, porque sí; gracias a estos acontecimientos las mujeres
pudieron decidir qué destino escoger. Fuera cuál fuera su decisión.
De hecho hoy
en día ya no se habla del Día de la Mujer trabajadora, se habla del
día de la Mujer; porque sea cual sea tu ocupación, forma parte de
la misma lucha: la de la libertad de escoger tu propio sino sea este
en casa o fuera de ella.
La mujeres
son libres, pero muchas veces se ven en una lucha interna en la que
muchos factores las desmoralizan para llevar a cabo una profesión y
acarrear el peso de la casa. Siendo el individualismo y las ganas (o
la obligación) de encargarse de todo, en ocasiones, el causante de
estos miedos. ¿Cuantas mujeres por coger una baja de maternidad, que
suele ser bastante larga, fueron despedidas? ¿Cuántas mujeres por
quererse relajar un poco en sus profesiones han acabado delegando un
poco más y las han desbancado en sus ascensos? ¿Cuantas han dejado
de trabajar en carreras prometedoras por el impulso de notar que
abandonaban a sus hijos? ¿Cuántas disponen de un compañero que se
quede en casa para llevar el peso del hogar para que ellas se
realicen profesionalmente? Entonces, ¿podemos hablar de que en la
realidad social de las mujeres, reside una auténtica libertad?
Solo hay que
documentarse un poco en las cifras y en las mentalidades generales de
nuestra sociedad. El paro, si lo dividimos por géneros, nos daremos
cuenta de que sigue siendo más elevado en mujeres que en hombres y,
si nos fijamos en los puestos directivos que se crean en España, el
porcentaje de hombres que ejercen dichos puestos frente a las mujeres
es alarmante. No es que no haya mujeres preparadas o con dichas
aptitudes, o que no tengan experiencia para coger esos puestos; se
trata de algo más complicado. Se trata de una mezcla de impresiones
y creencias que he notado que tenemos la mayoría.
Si
preguntamos a muchos trabajadores/as si prefieren un jefe o una jefa;
muchos contestan que un jefe. ¿Esto por qué pasa? Muchos pensareis
que es por machismo, pero ciertamente a esta repuesta la contestan
igual hombres que mujeres; el problema reside en el rol que coge la
persona cuando le dan el puesto. Muchas veces las mujeres asumen que
para ser competitivas y estar a la altura de los hombres, deben
adquirir ciertas actitudes que pueden no estar acordes a su verdadera
personalidad.
Muchas
también sois vosotras vuestras propias enemigas, visualizando el
papel de una jefa como el que no es. Una jefa no es el “Diablo que
viste de Prada” ni tiene que ser Jullie Andrews correteando por la
oficina como si de los prados de “Sonrisas y lágrimas” se
tratara. Cada mujer es diferente y todas pueden aportar cosas
excepcionales a una empresa; teniendo claro sus valores, reafirmando
su personalidad y carácter en el puesto laboral y teniendo la ayuda
de vuestro cómplice de vida en casa. Ni héroes ni villanos tienen
cabida en el trabajo. Dejad las películas en casa. Y esto va por
ambos sexos.
También las
mujeres, esto ya es una observación personal, jugáis con una clara
ventaja que encierra en sí una gran desventaja. El atributo
exagerado por defecto. Sí queridas, os voy a poner un ejemplo
muy claro y que todas al unisono me daréis la razón. Un hombre
cuando es malo es malo, un hombre cuando está de mal humor pues está
de mal humor. La mujer será en estos mismos casos una víbora y
“tiene la regla”. Pero esta, como toda “otra cara de la
moneda”, mi teoría tiene su contrapartida. ¿O es que nunca os
habéis fijado en estos símiles al revés? En el panorama de la
lengua castellana hay muchos vocablos negativos que quedan extintos
si nos referimos al género femenino. Esto me lo enseñó ya hace
tiempo un buen amigo contextualizándome con esta pequeña
afirmación: “Rubén, de un hombre siempre podrás decir que es un
viejo, de una mujer no te sale referirte a ella por “vieja”;
puedes como mucho llamarla anciana pero, ante todo, siempre te saldrá
más utilizar SEÑORA”.
Así si una
mujer va muy arreglada, siempre diremos que está fabulosa; con el
caballero nos quedaremos en que va elegante. Cuando el hombre cumpla
años diremos que cada día está más interesante y de las damas
exclamaremos lo bien que se conservan. Si un hombre es bueno, una
mujer será una Santa. Y si un hombre llega a presidente, su mujer
será la Primera Dama.
Como ven,
todo lo que hacen las mujeres siempre está hecho de forma
superlativa y siguiendo este punto de vista, sin ánimo de ser
feminista, podemos hacer la siguiente conclusión: todos sus actos
encierran una solemnidad de la cual el género masculino carece por
completo. Siendo, cualquier cosa que hagan, estudiada y observada;
para poder todos mejorar con el ejemplo de las mejores.
A
nuestras lectoras, a nuestras vecinas y, en definitiva a todas las
mujeres; va dedicado este artículo y gracias por dejarnos todos los
días embelesarnos con sus pasos a lo largo de nuestra Pasarela de
Adoquines.
Feliz
Día de la Mujer.
![]() |
Colaboración Especial con Silvina Magari y Brian Genio. |
Las Mujeres...
Rubén Alexandre.
Bloguero de Moda
a actualidad está llena de noticias encabezadas por hombres que no me gusta ni su estilo ni su moda. Así que no escribiré sobre ellos en este mes.
De lo que sí que escribiré es de una tendencia que siempre está presente todos los meses de Marzo. Una tendencia que no debe de desaparecer por mucho que creamos que ya esta todo ganado. Me refiero al día de la Mujer Trabajadora.
El 8 de
Marzo es una fecha muy señalada para mí en el calendario. Recogido
en el almanaque como el día de una lucha merecedora de todos los
buenos atributos que existen. Es cuando nació la primera muñeca
que,a parte de ponerse vestidos de princesa, lucía un sinfín de
uniformados atuendos para el trabajo, Barbie y mi madre.
Ella siempre
me ha inculcado la importancia de esta lucha de un género, anodina
dentro de la sociedad, hasta que las guerras del siglo XX. hicieron
necesario que almas fuertes siguieran llevando las actividades de los
países mientras que los hombres cambiaban sus utensilios laborales
por fusiles y cañones en los frentes de Europa. Siendo la
oportunidad de miles de mujeres de dar a conocer su gran talento y
ganas de aportar algo más en esta sociedad, expandiendo el abanico
de posibilidades en sus destinos.
Si una mujer
tenía que ser una sumisa esposa y buena ama de casa en el siglo
anterior, porque sí; gracias a estos acontecimientos las mujeres
pudieron decidir qué destino escoger. Fuera cuál fuera su decisión.
De hecho hoy
en día ya no se habla del Día de la Mujer trabajadora, se habla del
día de la Mujer; porque sea cual sea tu ocupación, forma parte de
la misma lucha: la de la libertad de escoger tu propio sino sea este
en casa o fuera de ella.
La mujeres
son libres, pero muchas veces se ven en una lucha interna en la que
muchos factores las desmoralizan para llevar a cabo una profesión y
acarrear el peso de la casa. Siendo el individualismo y las ganas (o
la obligación) de encargarse de todo, en ocasiones, el causante de
estos miedos. ¿Cuantas mujeres por coger una baja de maternidad, que
suele ser bastante larga, fueron despedidas? ¿Cuántas mujeres por
quererse relajar un poco en sus profesiones han acabado delegando un
poco más y las han desbancado en sus ascensos? ¿Cuantas han dejado
de trabajar en carreras prometedoras por el impulso de notar que
abandonaban a sus hijos? ¿Cuántas disponen de un compañero que se
quede en casa para llevar el peso del hogar para que ellas se
realicen profesionalmente? Entonces, ¿podemos hablar de que en la
realidad social de las mujeres, reside una auténtica libertad?
Solo hay que
documentarse un poco en las cifras y en las mentalidades generales de
nuestra sociedad. El paro, si lo dividimos por géneros, nos daremos
cuenta de que sigue siendo más elevado en mujeres que en hombres y,
si nos fijamos en los puestos directivos que se crean en España, el
porcentaje de hombres que ejercen dichos puestos frente a las mujeres
es alarmante. No es que no haya mujeres preparadas o con dichas
aptitudes, o que no tengan experiencia para coger esos puestos; se
trata de algo más complicado. Se trata de una mezcla de impresiones
y creencias que he notado que tenemos la mayoría.
Si
preguntamos a muchos trabajadores/as si prefieren un jefe o una jefa;
muchos contestan que un jefe. ¿Esto por qué pasa? Muchos pensareis
que es por machismo, pero ciertamente a esta repuesta la contestan
igual hombres que mujeres; el problema reside en el rol que coge la
persona cuando le dan el puesto. Muchas veces las mujeres asumen que
para ser competitivas y estar a la altura de los hombres, deben
adquirir ciertas actitudes que pueden no estar acordes a su verdadera
personalidad.
Muchas
también sois vosotras vuestras propias enemigas, visualizando el
papel de una jefa como el que no es. Una jefa no es el “Diablo que
viste de Prada” ni tiene que ser Jullie Andrews correteando por la
oficina como si de los prados de “Sonrisas y lágrimas” se
tratara. Cada mujer es diferente y todas pueden aportar cosas
excepcionales a una empresa; teniendo claro sus valores, reafirmando
su personalidad y carácter en el puesto laboral y teniendo la ayuda
de vuestro cómplice de vida en casa. Ni héroes ni villanos tienen
cabida en el trabajo. Dejad las películas en casa. Y esto va por
ambos sexos.
También las
mujeres, esto ya es una observación personal, jugáis con una clara
ventaja que encierra en sí una gran desventaja. El atributo
exagerado por defecto. Sí queridas, os voy a poner un ejemplo
muy claro y que todas al unisono me daréis la razón. Un hombre
cuando es malo es malo, un hombre cuando está de mal humor pues está
de mal humor. La mujer será en estos mismos casos una víbora y
“tiene la regla”. Pero esta, como toda “otra cara de la
moneda”, mi teoría tiene su contrapartida. ¿O es que nunca os
habéis fijado en estos símiles al revés? En el panorama de la
lengua castellana hay muchos vocablos negativos que quedan extintos
si nos referimos al género femenino. Esto me lo enseñó ya hace
tiempo un buen amigo contextualizándome con esta pequeña
afirmación: “Rubén, de un hombre siempre podrás decir que es un
viejo, de una mujer no te sale referirte a ella por “vieja”;
puedes como mucho llamarla anciana pero, ante todo, siempre te saldrá
más utilizar SEÑORA”.
Así si una
mujer va muy arreglada, siempre diremos que está fabulosa; con el
caballero nos quedaremos en que va elegante. Cuando el hombre cumpla
años diremos que cada día está más interesante y de las damas
exclamaremos lo bien que se conservan. Si un hombre es bueno, una
mujer será una Santa. Y si un hombre llega a presidente, su mujer
será la Primera Dama.
Como ven,
todo lo que hacen las mujeres siempre está hecho de forma
superlativa y siguiendo este punto de vista, sin ánimo de ser
feminista, podemos hacer la siguiente conclusión: todos sus actos
encierran una solemnidad de la cual el género masculino carece por
completo. Siendo, cualquier cosa que hagan, estudiada y observada;
para poder todos mejorar con el ejemplo de las mejores.
A
nuestras lectoras, a nuestras vecinas y, en definitiva a todas las
mujeres; va dedicado este artículo y gracias por dejarnos todos los
días embelesarnos con sus pasos a lo largo de nuestra Pasarela de
Adoquines.
Feliz
Día de la Mujer.
Periódico de Lavapies Febrero 2015
Fashion “Love” Show.
Rubén Alexandre.
Estamos en el mes del Amor. Sí, amigos. Acaba de empezar el año y ya estamos con la siguiente masificación comercial del año: San Valentín y las grandes Pasarelas Internacionales de Moda de la Mercedes Fashion Week (que es mi único gran Amor verdadero).
Pero, superficialidades a parte; hablemos de una tendencia que nunca pasa de moda: la búsqueda del Amor eterno. O, al menos, que dure lo suficiente para recibir un detallito el ansiado 14 de Febrero.
Es el mes de las joyas y los complementos. ¿Que hay más fácil que regalar una joya o un reloj? Los complementos, parecen ser la mejor solución para firmar promesas e ilusiones de que un proyecto, donde volcamos muchas de nuestras ilusiones, llegue a buen puerto. Alianzas con fechas, perfumes, gemelos en forma de corazón, bufandas rojas que nos arropen del frío, o esa corbata de seda que le regalas a tu marido todos los años y que nunca se pone.
¿Algo que sella promesas o que permanece en la otra persona para recordarle a quién pertenece su fidelidad? Los cínicos sobre el amor, nos jactamos hablando de este día con estas connotaciones: “es superficial”, “banal”, “una ayuda del capitalismo para afrontar y superar la cuesta de Enero”...
Pero,
pese a mi cinismo original, para todos aquellos que creen que esta
tendencia viene de la formación de los grandes centros comerciales,
os contaré de donde viene esta tendencia de celebración, más
milenaria de lo que creemos. Hay que darle al César, lo que es del
César.
Primero de todo, hay que poner en conocimiento que este día era la celebración al Dios Eros. El Dios del Amor para los griegos y Cupido para los Romanos. Así; miles de jóvenes peregrinaban a los templos dedicados a este Dios, para otorgarle ofrendas que les permitiera encontrar al verdadero compañero de sus vidas.
Pero su principal historia es más romántica y revolucionaria. San Valentín era un sacerdote que ejercía en Roma en el Siglo II. Un mandato de Claudio II dictaba que los jóvenes soldados no se les permitiría casarse, dado que al no poseer distracciones familiares, eran más aptos para enfrentarse a las batallas del Imperio. San Valentín, rehusó la orden del Emperador, y continuó celebrando bodas para los jóvenes soldados a espaldas del régimen. Cristiano Ortodoxo, y no habiendo sido aún instaurado el Cristianismo como religión del Imperio ( se haría al siglo siguiente), fué sentenciado a muerte y martirizado por su desobediencia. Así el Mártir, muerto el 14 de Febrero del año 270, sería sepultado, según narra la leyenda, muy cerca de un Almendro (símbolo cristiano del Amor).
San Valentín, podría haber sido un mero “alcahueto”, o un “celestino”. Pero su lucha marcó una tendencia. El luchar por lo que se cree y por el Amor, aún siendo la muerte su fatal destino. Miles de historias y fábulas que nos acompañaron a lo largo de nuestra vida, avalan este reconocimiento a luchas por amor; con o sin dicha: Romeo y Julieta, El lago de los Cisnes, La princesa y el Sapo, Blancanieves...
Historias y cuentos que nos muestran, cómo el amor no pasa de Moda. De hecho, solo tenéis que ver la cartelera semanal de los cines para daros cuenta de que es un tema que sigue dando de qué hablar.
Claro que los grandes Centro Comerciales se aprovechan de estas tendencias milenarias para sacar tajada. Pero, también, nosotros podemos cambiar las tradiciones. Más que cambiarlas, hacerlas nuestras. Pasad ese día en pareja, y que vuestro mejor regalo sea vuestra mejor sonrisa, vuestra más tierna mirada y vuestro Beso de Amor verdadero. Que lo más importante no sea esa sortija de plata o colgante en forma de corazón (Por cierto, creo que algo me revuelve las tripas en este momento y no son mariposas, precisamente); con dos nombres y una fecha grabada. Una pareja no es un inicio, ni un final. Siempre es una historia. Que a veces es fugaz y, a veces es; por siempre jamás...
Artículo de Opinión Periódico de Lavapiés Febrero 2015
Nuestra Primera Esquela.
D.E.P. Libertad.
Rubén Alexandre
¡BOOM! Así es una de las formas en las que más comúnmente muere la libertad.
En las guerras, el porcentaje de inocentes civiles muertos frente a los soldados en combate, es alarmantemente superior. Pero mucho más en los actos terroristas.
Actos que, de repente, bien organizados y con alevosía; hacen que vidas humanas se vayan, sin dejar ni un pésimo adiós a sus familias y seres queridos. Que se pare la existencia de un número “X” de personas, pero que la muerte en vida llegue para muchas otras. Ese paréntesis, poco a poco desaparecerá (en Francia durará tres días negros) pero, ¿y para sus familias? Esa sombra de oscuridad siempre estará en mayor o menor medida.
Entiendo, que las personas se sientan indignadas a veces. Que su credo sea estricto y ortodoxo. Pero nunca entenderé, como en nombre de Dios, puedes arrebatar vilmente las vidas de personas. No lo acepto. Es una costumbre milenaria de muchas culturas, en la que la decadencia de la raza humana se deja en evidencia. No se trata de “la palabra de Dios”, se trata de personas soberbias que se creen por encima de sus víctimas y, que se creen con el derecho de coger un rol de “pseudo-Demiurgo” ; que, si realmente existiera; haría que sus cabezas se replantearan, muy en serio, su papel en este mundo. Después, claro está, de hacerles ver su “ira divina”.
La injusticia asolapa nuestro mundo. Occidente maltrata a oriente, explotando sus recursos naturales desde tiempos inmemoriales, haciendo que la riqueza se quede en nuestro lado continental. Sus credos son rebajados a menos y sus costumbres, si no son reemplazadas, son humilladas y vejadas. Aún así, la venganza y el ataque gratuito no son una solución.
Una sociedad global debe de tener una base sólida, que no se forjan con guerras y tratados, que quedan en un segundo plano y que solo sirven para crear días de celebraciones y puentes, sin dar un sentido estricto a nuestra propia existencia común.
Las reglas morales y la ética, no tienen porqué disiparse de nuestras identidades religiosas, pero si que opino que no podemos jugar con la vida de las personas porque hagan caricaturas de mal gusto, mofas o burlas de nuestro credo, o incluso de nosotros mismos. En especial, porque las auténticas víctimas de estos conflictos, suelen ser personas ajenas y totalmente inocentes.
No podemos abogar por la decadencia de las civilizaciones como ha ocurrido a lo largo de la historia. Y este tipo de actos, los cuales no sirven ni para bien ni para mal para ninguna de las partes, que desaparezcan ya del todo de nuestra realidad social.
Da igual en nombre de quién: Alá, Yaveh, Brahma, Buda... Son deidades, por encima de nosotros, que no se van a dignar a dictarnos actos, porque no somos dignos de tener comunicación directa con ellos. Da igual los profetas que lo afirmen, los actos de maldad encierran solo maldad. Y las leyes del Karma, del “ojo por ojo y diente por diente” y todos los símiles religiosos de la ley del Talión; no deben permanecer más en nuestra sociedad si buscamos la justicia y la equidad de todos los hombres y mujeres.
Y cogiendo de referencia las palabras de Hollande: “Son nuestros héroes. La Republica se ha visto atacada hoy”. Diré con indignación y rabia:
No, Hollande. Se ha atacado a todas las personas de este mundo. Coartándose con miedo a su libertad de expresión y, sobretodo, decir que no son héroes. Un héroe, es aquel que muere convencido de su causa y de sus convicciones durante una lucha, de la que cree que saldrá un futuro mejor para sus descendientes, muera o no en batalla (porque recordemos, que hay miles de luchas donde no hace falta que muera nadie), y no cuando, desválidamente (cuando ya creemos que tenemos ganado nuestro derecho de libertad), alguien se encuentra en una reunión de Redacción del Periódico en la que trabaja para llevar el pan a casa y un loco, le arrebata la vida cruelmente; por muchas convicciones religiosas o ansias de venganza disponga. ¡Son víctimas!, de un fanatismo que (sin miedo en mis venas diré) que es atroz, una justicia divina desmedida y descompensada y que solo atraerá más muerte y destrucción con las que crecerán los hijos de todos nosotros. Y, usted, tampoco es quién, de utilizar su martirio en “pro” de su Nación y de su Marketing político.
Y a todos los Dioses del credo humano habidas y por haber, cojo por consabido que si alguna de ustedes es la verdadera, y si realmente existe; que sepa que me repudia el tipo de sociedad vengativa y enfermiza que han, o ha, creado.
Que nuestra religión o filosofía sea nuestra insignia de pertenencia, que la oratoria (sin marketing de por medio) nuestra mejor arma y, el Derecho a la Vida, conclusión inicial de lo que debemos hacer entre todos: Un mundo mejor y libre. No puede ser esto una “Santa Inquisición” o una “Guerra Santa” permanente.
Nuestra Primera Esquela.
D.E.P. Libertad.
Rubén Alexandre
¡BOOM! Así es una de las formas en las que más comúnmente muere la libertad.
En las guerras, el porcentaje de inocentes civiles muertos frente a los soldados en combate, es alarmantemente superior. Pero mucho más en los actos terroristas.

Entiendo, que las personas se sientan indignadas a veces. Que su credo sea estricto y ortodoxo. Pero nunca entenderé, como en nombre de Dios, puedes arrebatar vilmente las vidas de personas. No lo acepto. Es una costumbre milenaria de muchas culturas, en la que la decadencia de la raza humana se deja en evidencia. No se trata de “la palabra de Dios”, se trata de personas soberbias que se creen por encima de sus víctimas y, que se creen con el derecho de coger un rol de “pseudo-Demiurgo” ; que, si realmente existiera; haría que sus cabezas se replantearan, muy en serio, su papel en este mundo. Después, claro está, de hacerles ver su “ira divina”.
La injusticia asolapa nuestro mundo. Occidente maltrata a oriente, explotando sus recursos naturales desde tiempos inmemoriales, haciendo que la riqueza se quede en nuestro lado continental. Sus credos son rebajados a menos y sus costumbres, si no son reemplazadas, son humilladas y vejadas. Aún así, la venganza y el ataque gratuito no son una solución.
Una sociedad global debe de tener una base sólida, que no se forjan con guerras y tratados, que quedan en un segundo plano y que solo sirven para crear días de celebraciones y puentes, sin dar un sentido estricto a nuestra propia existencia común.
Las reglas morales y la ética, no tienen porqué disiparse de nuestras identidades religiosas, pero si que opino que no podemos jugar con la vida de las personas porque hagan caricaturas de mal gusto, mofas o burlas de nuestro credo, o incluso de nosotros mismos. En especial, porque las auténticas víctimas de estos conflictos, suelen ser personas ajenas y totalmente inocentes.
No podemos abogar por la decadencia de las civilizaciones como ha ocurrido a lo largo de la historia. Y este tipo de actos, los cuales no sirven ni para bien ni para mal para ninguna de las partes, que desaparezcan ya del todo de nuestra realidad social.
Da igual en nombre de quién: Alá, Yaveh, Brahma, Buda... Son deidades, por encima de nosotros, que no se van a dignar a dictarnos actos, porque no somos dignos de tener comunicación directa con ellos. Da igual los profetas que lo afirmen, los actos de maldad encierran solo maldad. Y las leyes del Karma, del “ojo por ojo y diente por diente” y todos los símiles religiosos de la ley del Talión; no deben permanecer más en nuestra sociedad si buscamos la justicia y la equidad de todos los hombres y mujeres.
Y cogiendo de referencia las palabras de Hollande: “Son nuestros héroes. La Republica se ha visto atacada hoy”. Diré con indignación y rabia:
No, Hollande. Se ha atacado a todas las personas de este mundo. Coartándose con miedo a su libertad de expresión y, sobretodo, decir que no son héroes. Un héroe, es aquel que muere convencido de su causa y de sus convicciones durante una lucha, de la que cree que saldrá un futuro mejor para sus descendientes, muera o no en batalla (porque recordemos, que hay miles de luchas donde no hace falta que muera nadie), y no cuando, desválidamente (cuando ya creemos que tenemos ganado nuestro derecho de libertad), alguien se encuentra en una reunión de Redacción del Periódico en la que trabaja para llevar el pan a casa y un loco, le arrebata la vida cruelmente; por muchas convicciones religiosas o ansias de venganza disponga. ¡Son víctimas!, de un fanatismo que (sin miedo en mis venas diré) que es atroz, una justicia divina desmedida y descompensada y que solo atraerá más muerte y destrucción con las que crecerán los hijos de todos nosotros. Y, usted, tampoco es quién, de utilizar su martirio en “pro” de su Nación y de su Marketing político.
Y a todos los Dioses del credo humano habidas y por haber, cojo por consabido que si alguna de ustedes es la verdadera, y si realmente existe; que sepa que me repudia el tipo de sociedad vengativa y enfermiza que han, o ha, creado.
Que nuestra religión o filosofía sea nuestra insignia de pertenencia, que la oratoria (sin marketing de por medio) nuestra mejor arma y, el Derecho a la Vida, conclusión inicial de lo que debemos hacer entre todos: Un mundo mejor y libre. No puede ser esto una “Santa Inquisición” o una “Guerra Santa” permanente.
Periódico Lavapiés Enero 2015
MANUAL DE USO DE UNA FASHION-VICTIM.
Todos nos preguntamos cuál es el secreto de que a esa chica, que nos encontramos en el metro todas las mañanas, que siempre parece que va impecable y que va a la última.
Pues bien, tras años de investigación y de conocer mucha gente de esta índole, creo que he llegado a confeccionar un gran Manual, el cual hay que seguir fielmente. Si no volverás a ser la chico/a que siempre has sido.
Aunque ponga símiles femeninos, los hombres también lo podéis aplicar a vuestro día a día. Sustituimos tacones por castellanos, vestido por traje y BB-Cream por... ¡Vale! los hombres que quieran seguir este Manual no tendrán ningún prejuicio en utilizar una BB-Cream; y ya está.
También, en cursiva, os pongo una serie de palabras que debéis memorizar. Se trata de una serie de anglicismos que es de obligado cumplimiento. Lo mínimo son tres por minuto. No no hace falta que toméis clases de inglés, tan solo con estas ya sois lo bastante cool, como para pasar inadvertidas, incluso en el entorno laboral.
Apuntaros estos pasos en vuestra agenda por día de la semana:
Lunes, has descansado lo suficiente el fin de semana y te ves con fuerzas de envolverte en tus mejores tacones. Hasta te atreves con un toque de color acharolado para aportarle brillo a tu outfit, solo en los complementos, claro, ya que si no quedaría muy vulgar.
Martes, la jornada del día anterior te ha agotado, pero estabas descansada y tuviste la oportunidad de pasar una tarde con Toni por los sitios más chulos de tu ciudad. Así que hoy solo haces la rayita del ojo con un poco de base y empiezas tu día con esos salones, que son confortables a la par que te estilizan las piernas aportándote seis cms más a tu glamour.
Miércoles, en el ecuador de tu semana, ya optas por una rápida BBCream y unos zapatos de cuña baja, o incluso, si has tenido la oportunidad de quedar con Toni para un cine el sábado, hasta unos tacones; pero con plataforma. ¡Bendito peplum! Eso si, bailarinas en el bolso, que no falten.
Jueves, “me apetece NADA, hacer algo”. Así que tu mente recuerda aquel reportaje del Stilo Cuore, del que Vogue nunca se haría “eco”, donde te reafirmaba la moda de los snakers y que encima RiRi, tu diva favorita, disponía de una frase ingeniosa donde afirmaba que daban a conocer tu personalidad. Así que te las calzas en conjunto con tus jeans de algodón satinado (seguimos aportando brillo a nuestros outfits, aunque no tengamos fuerzas para brillar...) y tu chupa de cuero. Que también es muy in.
- “Si me surge un after-work tengo unos stilletos en el cajón del escritorio de la ofi...”. Tienes que meterte este acto y pensamiento en tu mente.
Viernes. ¡Bendito Viernes! te levantas y al rato, mientras estas revisando las noticias de tu TimeLine, empiezas a recibir todos los #FF de la gente que te adora sin conocerte (si no tienes seguidores en twitter, cómpralos, el otro día vi una oferta de 500 followers por 9,99 €). Sabes que ya queda menos para tu fin de semana y que el amigo de Tony trabaja dos manzanas más abajo de tu oficina en la Castellana. Te enfundas tu nuevo vestido negro con detalles de encaje y con final cut-out con tus botas a juego de la #tendence, de un tacón razonable para soportar el camino a la ofi, no sin antes haberte hecho esas onditas; que te encantan, para visualizarte como un auténtico Angel en una de tus pasarelas favoritas.
Estas son las nociones básicas que debes de tener en cuenta, para impedir, que snobs estiradas te miren por encima del hombro cada vez que te las cruzas. Si sigues estos pasos y aún así, recibes la percepción de que siguen haciéndolo, tranquila reina, es que lo estas haciendo mejor que ellas.
La otra opción siempre será ser tu misma, ponerte lo que te gusta, pensando solo en ti y en cómo te sientes. Intentar, en la medida de lo posible, combinar en tonos de color tus conjuntos ( hay muy buenos blogs dedicados a la imagen personal, que realmente ayudan bastante, porque hay más mundo a parte de los EGOblogs, ¡sí!) .
Y que lo que la gente piense te importe muy poquito. Ser uno mismo respetando a los demás es un complemento que nunca debería pasar de moda.
Ya lo decía una mujer a la que siempre he admirado; y no a su firma, dado que actualmente no creo que ella la hubiera llevado como lo están haciendo actualmente: “La Moda pasa, el estilo permanece”.
Feliz Semana...
MANUAL DE USO DE UNA FASHION-VICTIM.
Todos nos preguntamos cuál es el secreto de que a esa chica, que nos encontramos en el metro todas las mañanas, que siempre parece que va impecable y que va a la última.
Pues bien, tras años de investigación y de conocer mucha gente de esta índole, creo que he llegado a confeccionar un gran Manual, el cual hay que seguir fielmente. Si no volverás a ser la chico/a que siempre has sido.
Aunque ponga símiles femeninos, los hombres también lo podéis aplicar a vuestro día a día. Sustituimos tacones por castellanos, vestido por traje y BB-Cream por... ¡Vale! los hombres que quieran seguir este Manual no tendrán ningún prejuicio en utilizar una BB-Cream; y ya está.
También, en cursiva, os pongo una serie de palabras que debéis memorizar. Se trata de una serie de anglicismos que es de obligado cumplimiento. Lo mínimo son tres por minuto. No no hace falta que toméis clases de inglés, tan solo con estas ya sois lo bastante cool, como para pasar inadvertidas, incluso en el entorno laboral.
Apuntaros estos pasos en vuestra agenda por día de la semana:
Lunes, has descansado lo suficiente el fin de semana y te ves con fuerzas de envolverte en tus mejores tacones. Hasta te atreves con un toque de color acharolado para aportarle brillo a tu outfit, solo en los complementos, claro, ya que si no quedaría muy vulgar.
Martes, la jornada del día anterior te ha agotado, pero estabas descansada y tuviste la oportunidad de pasar una tarde con Toni por los sitios más chulos de tu ciudad. Así que hoy solo haces la rayita del ojo con un poco de base y empiezas tu día con esos salones, que son confortables a la par que te estilizan las piernas aportándote seis cms más a tu glamour.
Miércoles, en el ecuador de tu semana, ya optas por una rápida BBCream y unos zapatos de cuña baja, o incluso, si has tenido la oportunidad de quedar con Toni para un cine el sábado, hasta unos tacones; pero con plataforma. ¡Bendito peplum! Eso si, bailarinas en el bolso, que no falten.
Jueves, “me apetece NADA, hacer algo”. Así que tu mente recuerda aquel reportaje del Stilo Cuore, del que Vogue nunca se haría “eco”, donde te reafirmaba la moda de los snakers y que encima RiRi, tu diva favorita, disponía de una frase ingeniosa donde afirmaba que daban a conocer tu personalidad. Así que te las calzas en conjunto con tus jeans de algodón satinado (seguimos aportando brillo a nuestros outfits, aunque no tengamos fuerzas para brillar...) y tu chupa de cuero. Que también es muy in.
- “Si me surge un after-work tengo unos stilletos en el cajón del escritorio de la ofi...”. Tienes que meterte este acto y pensamiento en tu mente.
Viernes. ¡Bendito Viernes! te levantas y al rato, mientras estas revisando las noticias de tu TimeLine, empiezas a recibir todos los #FF de la gente que te adora sin conocerte (si no tienes seguidores en twitter, cómpralos, el otro día vi una oferta de 500 followers por 9,99 €). Sabes que ya queda menos para tu fin de semana y que el amigo de Tony trabaja dos manzanas más abajo de tu oficina en la Castellana. Te enfundas tu nuevo vestido negro con detalles de encaje y con final cut-out con tus botas a juego de la #tendence, de un tacón razonable para soportar el camino a la ofi, no sin antes haberte hecho esas onditas; que te encantan, para visualizarte como un auténtico Angel en una de tus pasarelas favoritas.
Estas son las nociones básicas que debes de tener en cuenta, para impedir, que snobs estiradas te miren por encima del hombro cada vez que te las cruzas. Si sigues estos pasos y aún así, recibes la percepción de que siguen haciéndolo, tranquila reina, es que lo estas haciendo mejor que ellas.
La otra opción siempre será ser tu misma, ponerte lo que te gusta, pensando solo en ti y en cómo te sientes. Intentar, en la medida de lo posible, combinar en tonos de color tus conjuntos ( hay muy buenos blogs dedicados a la imagen personal, que realmente ayudan bastante, porque hay más mundo a parte de los EGOblogs, ¡sí!) .
Y que lo que la gente piense te importe muy poquito. Ser uno mismo respetando a los demás es un complemento que nunca debería pasar de moda.
Ya lo decía una mujer a la que siempre he admirado; y no a su firma, dado que actualmente no creo que ella la hubiera llevado como lo están haciendo actualmente: “La Moda pasa, el estilo permanece”.
Feliz Semana...
Periódico Lavapiés Diciembre 2014 (Colaboración con Brian Genio)
PASARELA DE ADOQUINES
¿Relación Material?
Rubén Alexandre.
Bloguero de Moda.
Llega la Navidad. Villancicos, reuniones familiares, reportes de cómo nos ha ido el año, deseos para el año próximo y... Regalos.
El consumismo también nos aborda en estas fechas. Incluso, a veces, creo que nos importa más qué vamos a regalar o qué comprar para ponernos guapos en estas fechas, que su auténtico sentido ¿no?
¿Sentimos algo cuando compramos algo a alguien? ¿O solo nos interesa el quedar bien? Y también a veces me pregunto: a la persona que le hacemos un regalo, ¿la conocemos tanto como para saber lo que realmente quiere? “Qué más dará si existen los tickets-regalo en casi todas las tiendas” nos auto-responderemos casi todos. Pues como si de un Espíritu de la Navidad Pasada fuera, os relataré una historia conmovedora.
Siempre recordaré un tiempo que estuve en una tienda trabajando… Vino una humilde señora a comprar unos Stilletos rojos pasión de ante natural y preguntando por un número difícil de encontrar para su hija. Era la más guapa, la más alta, la más lista... Con ojos enlagrimados de una madre que no paraba de pensar: “Estos zapatos son ideales para el vestido que mi hija se va a poner este Fin de Año. ¡Ay, si hubiera la talla!”. Y como caído del cielo, puesto a propósito para esa señora, encontré la talla. Cuando la acompañaba a la caja para cobrarle, intentando venderle un bolso que podía llevar a juego, me di cuenta de que sacaba un sobre, prácticamente con el dinero justo para los zapatos. Debía ser el típico sobre que algunas empresas siguen dando con el aguinaldo. Cesé en mi intento furtivo de venta cruzada. Me di cuenta del esfuerzo que hacía por su hija y pude observar los ojos de la señora: brillantes y nerviosos. Sabía que el esfuerzo iba a merecer la pena: su niña iba a ser la más bonita para ella esa noche.
A los tres días siguientes mi espíritu navideño fue usurpado por una snob que quería esos zapatos de 125 € (los cuales se atrevió a llamar “básicos”) para una simple comida de empresa...
Como veis, un mismo acto o un mismo objeto no significa lo mismo para una u otra persona. Yo, en ese zapato, además de otras miles de historias de Navidad, siempre me quedaré con esa mirada de la señora mientras iba a la caja a pagar; esos ojos que, por una parte reflejaban nostalgia de aquellos tiempos donde su hija era más pequeña, y por otra parte, también ese orgullo de que, lo que le había costado tanto dinero, haría muy feliz a la persona que más quiere en este mundo.
Asqueado del consumismo enfermizo que derrocha mucha gente en esta época del año, he preferido quedarme con esta historia para el resto de mis días, teniendo la esperanza de que siempre habrá gente que lo que busque en estas fechas es demostrarle a esas personas que quiere, pese a lo duro que haya sido el año, lo especial que son para ellos. Que los regalos no importan, ni lo caro que son, ni lo que valen. Que lo que cuenta es el amor con lo que se envuelvan y, sobre todo, la verdadera magía de la Navidad: sacar lo mejor que hay en cada uno de nosotros una vez al año, para coger trazas de cómo hacerlo posible el resto del año.
Uno de mis propósitos para el Año Nuevo es darle a cada cosa el valor real que tiene ¿ Y el tuyo?
¡Feliz Navidad a todos, vecinos! Y que todos vuestros deseos se hagan realidad este próximo 2015.
PASARELA DE ADOQUINES
¿Relación Material?
Rubén Alexandre.
Bloguero de Moda.
Llega la Navidad. Villancicos, reuniones familiares, reportes de cómo nos ha ido el año, deseos para el año próximo y... Regalos.
El consumismo también nos aborda en estas fechas. Incluso, a veces, creo que nos importa más qué vamos a regalar o qué comprar para ponernos guapos en estas fechas, que su auténtico sentido ¿no?
¿Sentimos algo cuando compramos algo a alguien? ¿O solo nos interesa el quedar bien? Y también a veces me pregunto: a la persona que le hacemos un regalo, ¿la conocemos tanto como para saber lo que realmente quiere? “Qué más dará si existen los tickets-regalo en casi todas las tiendas” nos auto-responderemos casi todos. Pues como si de un Espíritu de la Navidad Pasada fuera, os relataré una historia conmovedora.
Siempre recordaré un tiempo que estuve en una tienda trabajando… Vino una humilde señora a comprar unos Stilletos rojos pasión de ante natural y preguntando por un número difícil de encontrar para su hija. Era la más guapa, la más alta, la más lista... Con ojos enlagrimados de una madre que no paraba de pensar: “Estos zapatos son ideales para el vestido que mi hija se va a poner este Fin de Año. ¡Ay, si hubiera la talla!”. Y como caído del cielo, puesto a propósito para esa señora, encontré la talla. Cuando la acompañaba a la caja para cobrarle, intentando venderle un bolso que podía llevar a juego, me di cuenta de que sacaba un sobre, prácticamente con el dinero justo para los zapatos. Debía ser el típico sobre que algunas empresas siguen dando con el aguinaldo. Cesé en mi intento furtivo de venta cruzada. Me di cuenta del esfuerzo que hacía por su hija y pude observar los ojos de la señora: brillantes y nerviosos. Sabía que el esfuerzo iba a merecer la pena: su niña iba a ser la más bonita para ella esa noche.
A los tres días siguientes mi espíritu navideño fue usurpado por una snob que quería esos zapatos de 125 € (los cuales se atrevió a llamar “básicos”) para una simple comida de empresa...
Como veis, un mismo acto o un mismo objeto no significa lo mismo para una u otra persona. Yo, en ese zapato, además de otras miles de historias de Navidad, siempre me quedaré con esa mirada de la señora mientras iba a la caja a pagar; esos ojos que, por una parte reflejaban nostalgia de aquellos tiempos donde su hija era más pequeña, y por otra parte, también ese orgullo de que, lo que le había costado tanto dinero, haría muy feliz a la persona que más quiere en este mundo.
Asqueado del consumismo enfermizo que derrocha mucha gente en esta época del año, he preferido quedarme con esta historia para el resto de mis días, teniendo la esperanza de que siempre habrá gente que lo que busque en estas fechas es demostrarle a esas personas que quiere, pese a lo duro que haya sido el año, lo especial que son para ellos. Que los regalos no importan, ni lo caro que son, ni lo que valen. Que lo que cuenta es el amor con lo que se envuelvan y, sobre todo, la verdadera magía de la Navidad: sacar lo mejor que hay en cada uno de nosotros una vez al año, para coger trazas de cómo hacerlo posible el resto del año.
Uno de mis propósitos para el Año Nuevo es darle a cada cosa el valor real que tiene ¿ Y el tuyo?
¡Feliz Navidad a todos, vecinos! Y que todos vuestros deseos se hagan realidad este próximo 2015.
Periódico Lavapiés Noviembre 2014
PASARELA DE ADOQUINES
Oda al Carácter
Rubén Alexandre.
Bloguero de Moda.
La Vida es como nos viene. No paramos de tener altibajos. ¿O alguien puede decir lo contrario?
En todo es así, por mucho que otros nos intenten hacer ver las cosas de distintas maneras.
Como en la moda, perdón, en la vida..., somos nosotros los que debemos tomar las decisiones que tomamos y seguir adelante con ellas. Hoy, mismamente, me he puesto sandalias y ha llovido. He sido yo el que ha soportado mis estornudos, no mi vecino. También he llegado a una entrevista de trabajo y el entrevistador, después del saludo cordial, se atrevió a afirmarme “Tienes mucho carácter..., ¿verdad?”. Todos nos hemos sentido alguna vez un poco acosados por los prejuicios de nuestra imagen personal, ¿no?
Me encanta cuando la gente, sin ton ni son, habla sobre otra persona sobre la cúal ni tiene el gran gusto de conocer. Pasa en cualquier momento o circunstancia. Alguien entra en tu tienda, te cruzas con una persona por la calle, le haces una entrevista... Y tu vida es tan triste que sólo eres capaz de ver lo negativo de esa persona o, al menos, lo que tú crees que es negativo.
Dice la Constitución Española que todos somos libres. Yo no paro de preguntarme para qué. Cualquier acción u opción va a ser criticada, analizada y vista desde un punto de vista distinto al que nosotros mismos pretendemos.
Por esta misma razón me encantan los domingos del Rastro. De odiar los Domingos toda mi vida, porque simbolizaban el fin del “fin de semana”, me acabaron pareciendo el mejor día para madrugar, aprovechar una jornada festiva y ver cosas y gentes que ni imaginaba.
Estaba el otro día sentado en nuestro Mercado de San Fernando y no paraba de mirar embobado toda esa juventud, ardiente de deseo de mostrarse a sí mismos. Cada uno con su estilo, pero todos con un estilazo común: El no mirar a nadie por encima del hombro y sin criticar. Unos con colores más llamativos, hubo quien ya llevaba outfits de Otoño, otros de Verano, algunos más hippies (¿o ahora es que prefieren llamarse hipsters? No me entero...) Otros más pijos y el resto más chandaleros. En definitiva, todos encantadores y, bajo mi punto de vista, las nuevas generaciones que vienen tanto de la Vida, como de la Moda: LIBRES Y RESPETUOSAS.
A toda esa gente, nuestros vecinos (que se coartan de permitirse el lujo de no ser ellos mismo y no paran de criticar a los demás) les invito a que lo hagan y, a todas aquellas personas que ya tienen las ganas de mostrarse tal y como quieren ser vistos, les digo OLEEË!! Porque Mientras tengas carácter serás fuerte y además ellos tienen muy bien aprendido de que la palabra miedo es sólo una pequeña palabra de cinco letras.
Gracias por enseñarnos la libertad, a ser uno mismo y a no amedrentarnos ante prejuicios innecesarios.
A todos ellos gracias por vuestra Moda y por mostrarnos un cachito de vuestras Vidas.
Gracias vecinos de Lavapiés/Embajadores/ La Latina.
PASARELA DE ADOQUINES
Oda al Carácter
Rubén Alexandre.
Bloguero de Moda.
La Vida es como nos viene. No paramos de tener altibajos. ¿O alguien puede decir lo contrario?
En todo es así, por mucho que otros nos intenten hacer ver las cosas de distintas maneras.
Como en la moda, perdón, en la vida..., somos nosotros los que debemos tomar las decisiones que tomamos y seguir adelante con ellas. Hoy, mismamente, me he puesto sandalias y ha llovido. He sido yo el que ha soportado mis estornudos, no mi vecino. También he llegado a una entrevista de trabajo y el entrevistador, después del saludo cordial, se atrevió a afirmarme “Tienes mucho carácter..., ¿verdad?”. Todos nos hemos sentido alguna vez un poco acosados por los prejuicios de nuestra imagen personal, ¿no?
Me encanta cuando la gente, sin ton ni son, habla sobre otra persona sobre la cúal ni tiene el gran gusto de conocer. Pasa en cualquier momento o circunstancia. Alguien entra en tu tienda, te cruzas con una persona por la calle, le haces una entrevista... Y tu vida es tan triste que sólo eres capaz de ver lo negativo de esa persona o, al menos, lo que tú crees que es negativo.
Dice la Constitución Española que todos somos libres. Yo no paro de preguntarme para qué. Cualquier acción u opción va a ser criticada, analizada y vista desde un punto de vista distinto al que nosotros mismos pretendemos.
Por esta misma razón me encantan los domingos del Rastro. De odiar los Domingos toda mi vida, porque simbolizaban el fin del “fin de semana”, me acabaron pareciendo el mejor día para madrugar, aprovechar una jornada festiva y ver cosas y gentes que ni imaginaba.
Estaba el otro día sentado en nuestro Mercado de San Fernando y no paraba de mirar embobado toda esa juventud, ardiente de deseo de mostrarse a sí mismos. Cada uno con su estilo, pero todos con un estilazo común: El no mirar a nadie por encima del hombro y sin criticar. Unos con colores más llamativos, hubo quien ya llevaba outfits de Otoño, otros de Verano, algunos más hippies (¿o ahora es que prefieren llamarse hipsters? No me entero...) Otros más pijos y el resto más chandaleros. En definitiva, todos encantadores y, bajo mi punto de vista, las nuevas generaciones que vienen tanto de la Vida, como de la Moda: LIBRES Y RESPETUOSAS.
A toda esa gente, nuestros vecinos (que se coartan de permitirse el lujo de no ser ellos mismo y no paran de criticar a los demás) les invito a que lo hagan y, a todas aquellas personas que ya tienen las ganas de mostrarse tal y como quieren ser vistos, les digo OLEEË!! Porque Mientras tengas carácter serás fuerte y además ellos tienen muy bien aprendido de que la palabra miedo es sólo una pequeña palabra de cinco letras.
Gracias por enseñarnos la libertad, a ser uno mismo y a no amedrentarnos ante prejuicios innecesarios.
A todos ellos gracias por vuestra Moda y por mostrarnos un cachito de vuestras Vidas.
Gracias vecinos de Lavapiés/Embajadores/ La Latina.
Periódico Lavapiés Agosto 2014
Pasarela de Adoquines
LA VIDA DE LA MODA.
La moda es como la vida de cualquier persona: Nace, se reproduce y muere.
Incluso, por las últimas tendencias del mercado, hasta vuelve a la vida. Y para las personas que en su misticismo avalan la reencarnación, me darán un poco de razón.
En cualquier lugar, puede nacer. A diferencia de los seres, la moda no nace de una unión corpórea. No hace falta magia ni química. Sólo la libre voluntad de crearla.
Los genios no crean Moda, crean artificios que pueden serlo, o no.
Los que las crean son las personas que pasean por nuestra particular pasarela de adoquines, y prueba de ello es esta historia.
Una tarde Veraniega, como cada día, unas personas estaban tomando algo en su terraza favorita de la Calle Embajadores, al amparo de la sombra.
Faltaba el momento en el que, como casi siempre a las mismas horas llegara él. Un joven negro, con semblante serio e, incluso, distante. Nos viniera a ofrecer sus películas como siempre. Y yo, dándole una repetida negativa cada día.
Un día, a su oferta añadió unas graciosas pulseras de abalorios redondeados amarillas, rojas,verdes y negras. Las cuales desde que las ví, siempre me apeteció coger una, pero siempre me pillaba sin dinero, solo con la tarjeta o siendo invitado por un amigo.
Un buen día, el destino por fin nos unió, teniendo un euro listo para comprarle una de sus pulseras, estando acompañado de cinco personas más. Las cuales, asiduas como yo a la misma terraza, no dudaron en seguir la pequeña moda que proponía.
Poco a poco, todos fueron haciéndose con las suyas. Y de una simple y sencilla pulsera, ahora puedes apreciar que todos en esa terraza poseen una. El semblante del joven, ya no era serio y mucho menos distante. Regalándonos una sonrisa cada día. Y a veces, incluso, nos acaricia la oreja, una forma tierna y diferente que tiene Él de agradecimiento.
Ese es el espíritu de la Moda, las ganas de nacer, las ganas de tener algo parecido unos de otros y algo que les haga miembros de algo.
Cualquiera puede crear Moda con un simple gesto, solo hay que que querer que nazca. ¿Y si ponemos de moda ser nosotros mismos? Solo tendríamos que ponernos todos de acuerdo en respetarnos unos a los otros. ¿Lo ponemos en práctica?
Pasarela de Adoquines
LA VIDA DE LA MODA.
La moda es como la vida de cualquier persona: Nace, se reproduce y muere.
En cualquier lugar, puede nacer. A diferencia de los seres, la moda no nace de una unión corpórea. No hace falta magia ni química. Sólo la libre voluntad de crearla.
Los genios no crean Moda, crean artificios que pueden serlo, o no.
Los que las crean son las personas que pasean por nuestra particular pasarela de adoquines, y prueba de ello es esta historia.
Una tarde Veraniega, como cada día, unas personas estaban tomando algo en su terraza favorita de la Calle Embajadores, al amparo de la sombra.
Faltaba el momento en el que, como casi siempre a las mismas horas llegara él. Un joven negro, con semblante serio e, incluso, distante. Nos viniera a ofrecer sus películas como siempre. Y yo, dándole una repetida negativa cada día.
Un día, a su oferta añadió unas graciosas pulseras de abalorios redondeados amarillas, rojas,verdes y negras. Las cuales desde que las ví, siempre me apeteció coger una, pero siempre me pillaba sin dinero, solo con la tarjeta o siendo invitado por un amigo.
Un buen día, el destino por fin nos unió, teniendo un euro listo para comprarle una de sus pulseras, estando acompañado de cinco personas más. Las cuales, asiduas como yo a la misma terraza, no dudaron en seguir la pequeña moda que proponía.
Poco a poco, todos fueron haciéndose con las suyas. Y de una simple y sencilla pulsera, ahora puedes apreciar que todos en esa terraza poseen una. El semblante del joven, ya no era serio y mucho menos distante. Regalándonos una sonrisa cada día. Y a veces, incluso, nos acaricia la oreja, una forma tierna y diferente que tiene Él de agradecimiento.
Ese es el espíritu de la Moda, las ganas de nacer, las ganas de tener algo parecido unos de otros y algo que les haga miembros de algo.
Cualquiera puede crear Moda con un simple gesto, solo hay que que querer que nazca. ¿Y si ponemos de moda ser nosotros mismos? Solo tendríamos que ponernos todos de acuerdo en respetarnos unos a los otros. ¿Lo ponemos en práctica?
Revista Lavapiés
PASARELA DE ADOQUINES
Derecho a ser Feliz.
Todos conocemos la moda desde el mismo punto de vista: el de las revistas, la publicidad, el de las celebrities...
Sin darnos cuenta de que la moda no es sólo eso. Es nuestro día a día. Es como te sientas, como esté el día, la temporada en la que nos encontremos.
La moda es parte de nosotros aunque no lo creamos. ¿Nunca nos hemos vestido de una forma totalmente diferente para una boda o una entrevista de trabajo?
Independientemente de que guste o no, nuestra imagen cambia según las circunstancias. Al igual que en la moda cada temporada. Sus artistas intentan en cada una de ellas reinventarse a sí mismos a través de sus emociones y vivencias para transmitirnos esas ideas que tienen.
Lo mismo, aunque no nos demos cuenta, lo hacemos nosotros.
No utilizamos glamurosas pasarelas para exhibir el estilo de cada día, pero sí que la gente nos lo nota. Siendo los Adoquines de nuestro barrio ese sustento que nuestros pasos necesitan. Pasos que cuando nos sentimos con fuerzas y seguros, retumban en nuestras calles estrechas en la oscuridad de la noche (En la Calle del Olivar, en la de Mesón de Paredes, a lo largo de la Plaza...). Pero que cuando nos invade el complejo y el pesimismo, por diversas circunstancias de nuestras vidas, hacen que esos pasos sean tímidos y sin sonido, como si del paso de una sombra se tratara.
La Moda puede ser útil, no para vernos mejor, si no para levantarnos ese ánimo decaído. ¿Por qué no realizamos una prueba? Un día reinvéntate, hazte con un Outfit asequible si estas en el Paro (en el Barrio tienes un sinfín de posibilidades para ello). Enseña tus mejores atributos y esconde en la medida que puedas tus defectos con ropa veraniega y ligera. Aunque el desamor te impida disfrutar de la solana que broncea nuestro Barrio, tu luto ya es negro en tu alma, ponle color a tu atuendo, el negro va con todo.
No importa lo que te aflija, puedes dedicarle cada mañana a pensar en como combatirlo y la Moda, no solo está ahí para que cuatro guapos luzcan estupendos en dos revistas de actualidad. También está para que tú te des cuenta de lo especial que eres.
Sed felices vecinos.
Rubén Alexandre.