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El Emperador Está Desnudo
Eva Hache, sin tapujos, opina y critica el mundo de la moda. Pero son muchos los que se están sumando a esta tendencia. |
Los
trabajadores ya no tienen los mismos derechos, la gente es echada de
sus casas, los beneficios sociales de la medicina pública se restan
cada día más y, los gobernantes, no son capaces de solucionar una
recesión; que todo apunta a que llegará a su séptimo año.
Todo
está cambiando. Sin darnos cuenta, hasta la Moda. Ya en casi todos
los artículos, de hecho, ya ni se utiliza esta palabra, si no
tendencia. La Moda ha sido desplazada por la versión general de las
medidas de tendencias porque, en definitiva, la
Moda seria el valor que más se repite en una serie de datos de
estudio.
¿Como puedes hablar de Moda cuando todo se recupera o se repite?
El
emperador está desnudo hoy en día
y pocos son los que se atreven a decirlo. No se puede hablar de Moda
cuando recuperamos ropa de nuestras madres y abuelas (Tendencia
Vintage que además da un super-giro
cool a
comprar en tiendas de segunda mano, cuando antes era casi pecado).
Cuando el estampado azteca y los cuadros (llamado print tartán
ahora), llevan más de tres temporadas Otoño-Invierno, siendo el
favorito de diseñadores para arroparnos en las estaciones más
frioleras del año. Tampoco en cuanto al flúor se refiere (el
siempre llamado fosforito) que dispone de relevancia de forma
atemporal; al igual que los shorts, sandalias y crop-tops; aunque
haga frío.
Pero
no soy el único que se enfrenta a lo establecido y cuenta a los
cuatro vientos que las cosas están raras. Si leyéramos el último
número de una de las revistas en España más influyentes en este
sector; nos daríamos cuenta de las discordancias de sus directivas.
En las primeras páginas de esta revista se puede leer, refiriéndose
a varias tendencias y entre ellas la super-posición de varios
jerseys de lana en el mismo conjunto (dejando la capacidad de
movilidad cual muñeco michelín), textualmente por parte de la
subdirectora: “algunas
propuestas de estas temporadas son incómodas, ilógicas,
inconvenientes, y carecen de todo sentido práctico”.
Frente a la apología de la directora sobre la gran originalidad que
reside en “las
prendas de punto tejidas al uso de nuestra abuela”.
Defendiendo un cambio de rumbo de la moda porque se recoge una
tendencia de los años sesenta y setenta y que “vuelve
para quedarse”.
Como ya ha escrito en alguna ocasión, mi gran admirada Eva Hache en
Smoda: “¿Cuando
se ha ido esta tendencia?”.
Hablando
de Eva Hache, es una de estas nuevas voces que recoge el mundo de la
Moda para, ¡por fin!, dar a conocer lo que todos queremos oír,
porque es lo que vemos y parece que no podemos decirlo, porque sería
poco “in”
y quedaríamos en ridículo. ¿Quien se puede meter con los hombres y
el consumismo al mismo tiempo? “...habéis
decidido entrar de lleno en el consumismo. O ¿qué os creéis, que
no nos hemos dado cuenta de que os depiláis...?”.
Solo
ella.
También
es cierto, que estas nuevas voces, a veces, cogen una cabeza de turco
y no lo dejan. Es el caso de Luján Argüelles, que alguien la
declaró una presentadora it-girl,
y
desde entonces despotrica de todas las celebrities
que se le pasan por delante de los ojos. En un micro-artículo
firmado por la presentadora, se puede leer “no
suelo estar en sintonía con el look de nuestra reina,... Demasiado
rígido... Demasiado alejado de ese espíritu moderno y libre que
sabemos que tiene.”
Yo
nunca tuve la oportunidad de tomar un café con Letizia Ortiz. Ni
tampoco me gustaría tener esa cita en mi agenda. Pero, una cosa que
tengo clara es la siguiente. Yo la imagen que siempre tuve fue:
presentadora distante, seria y neutral de informativos, nada la
descorazonaba (sin importar el tipo de reportaje o noticia a dar,
tenía siempre el mismo tono y expresión) y de repente en una rueda
de prensa, suelta de una forma muy alegre e ilusionada “¡Déjame
hablar!”. Ilusión desorbitada por el hecho de mostrar su anillo
de pedida, de unos 24 quilates cada uno de los diamantes que tenía
engarzada la sortija; lo cual, lo veo muy lógico, yo también me
transformaría con todo aquello en mi dedo anular. Me encanta la
gente que habla del “cambio” de esta persona, porque tienen tan
asumido que les gustaba tanto la “Letizia
que conocieron”,
que hasta parece que la echan de menos.
Pero
no solo presentadores con tintes cómicos son nuestros salvaguardas
de lo que la gente corriente quiere escuchar. Verdaderas It-girls,
como es el caso de la hermosa Amaia Salamanca, también señalan al
emperador y afirman : “Lo cutre no es el pequeño Nicolás, sino
los políticos que han robado millones”. Sentenciaba la Actriz y
Modelo en una de sus últimas entrevistas.
Así,
siempre habrá “nuevas
tendencias”
en las portadas de las revistas, ya que si no no venden. Y todos
sabemos lo que, en estos años, la dificultad que atraviesa la prensa
escrita para sobrevivir, pero cuando veáis:
-
“Normcore”
como la última tendencia, deciros que es sólo ponerse un abrigo
largo que cubra tus “pintas” y lo fusionas con tus deportivas
blancas. Si queréis indagar un poco más, esta tendencia se llamaba
effortless
el
año pasado
y,
de toda la vida, el popular “paso de todo” o el “sólo voy a
comprar el pan”. Evidentemente, se está popularizando cada vez
más, dado que cualquiera con un smartphone, coge a cualquier famoso
con este tipo de “pintas”. Y mejor que saturar las redacciones de
las revistas con este tipo de fotos in-fraganti,
lo popularizamos y problema resuelto.
-
Tendencia “tomboy”, no vayas preguntando rápidamente al Zara
por esta tendencia; coge la chaqueta de cuero de tu chico y cuando
haya más calor, su sudadera, y lo combinas con tus leggings (de toda
la vida, leotardos) y ya está.
Irás
muy a la moda, hasta que vuelvan a recoger tendencias de hace cinco
años para Primavera
Verano.
Como nuevo critico del emperador diré: “no
hace falta que te gastes tanto para ir como una Divina; ellas
también notan la crisis”.
Las
tendencias seguirán siendo analizadas por los mismos en las más
típicas revistas del sector, pero las nuevas eras traen consigo un
séquito de comentaristas “no-me-conformo”
que, menos mal, clamarán sin tapujos; cuando el emperador vaya
desnudo, mal, o bien vestido.
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